QUINARIO EN HONOR DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

    Tradicionalmente, la Hermandad celebra anualmente un triduo en honor de su Titular, dirigido por un sacerdote invitado. El conjunto de celebraciones que la Hermandad quería desarrollar, estaban basados en los cuatro pilares en los que se fundamenta cualquier asociación pública de fieles: el culto público, la formación cristiana o evangelización, la caridad y la convivencia entre los hermanos.

 

    En cuanto al culto se refiere, la Hermandad celebra anualmente un triduo en honor de su Titular, dirigido por un sacerdote invitado, por lo que de forma extraordinaria, se decidió que este año se celebrara un quinario, presidido cada día por un sacerdote diferente. Para ello se cursaron invitaciones a presbíteros vinculados con nuestra Hermandad. Así, del 18 al 22 de mayo, presidieron cada uno de los días los presbíteros Rvdos. Fray Miguel de la Mata Merayo, D. José María González de Quevedo, D. Ángel Pérez del Yelmo, Fray Martín Alexis González Gaspar y D. Cristóbal Roa Roa, venidos todos ellos desde diferentes poblaciones.

 

Las siguientes imágenes corresponden al 2º día del Quinario,

presidido por el sacerdote jesuita Padre Quevedo

 
     
 
     
 
     
 
     
 
     
 
     
 

 

 
Todos los días un grupo de piteros recibían a los fieles a la puertas del templo.

    El día 24 de mayo se celebró la Solemne Eucaristía Principal de Instituto, presidida por el Vicario Parroquial de la Iglesia Mayor Prioral de nuestra ciudad, Rvdo. D. Manuel Antonio Durán Borrego. En el transcurso de esta celebración la Hermandad hizo pública su fe católica, según determinan los estatutos, y fueron recibidos canónicamente los nuevos hermanos mayores de 18 años, así como la entrega de sus correspondientes medallas a los menores de edad.

    Para armonizar las celebraciones eucarísticas de cada uno de los días, se contó con la colaboración de varios grupos rocieros, que a continuación se detallan:

 
     
 
     
 
     
 
     
 
     
 
     
 

 

    También y como es tradicional, al finalizar el último día del Quinario los rocieros portuenses procesionaron corporativamente por las calles de la ciudad rezando el Rosario, para dirigirse a la Iglesia Mayor Prioral, con el objeto de postrarse ante la Virgen de los Milagros, patrona de El Puerto, y darle gracias por los favores recibidos.

 
     
 

La Junta de Gobierno de la Archicofradía y Esclavitud de la Virgen de los Milagros

recibe a los rocieros en la puerta de la Iglesia Mayor Prioral

 

 
     
 
     

 

La Hermandad del Rocío ante la Patrona de la ciudad
 
     
 

 

El regreso al templo parroquial de San Joaquín
 
     
 
     
 
     
 
     
 
     
 
     
 

 

Fotos de Paco González y Rafael Tejero